Como colofón a las actividades y a la correspondiente fiesta de Carnaval, el miércoles tuvo lugar nuestra ya tradicional celebración del Entierro de la sardina.
Este año, eran tantos los chicos que querían formar parte de la comitiva que se disfraza para acompañarla, que nuestra sardina ha ido más arropada que nunca, pues a ellos se han sumado todos los demás usuarios, en un desfile en el que no han faltado «la pena y los llantos» ante el inminente trágico final del pescado.
Mención especial merece Marco Antonio que, una vez más, se ha entregado a la causa como sólo él sabe hacerlo.
El momento más emotivo ha venido de la mano de Jorge y Carmen, que, instantes antes de la quema, han leído un discurso preparado por ellos mismos para la ocasión, y en el que han recordado la importante labor de todos los sanitarios en estos tiempos que corren.