Hace ya algunas semanas que la magia del Carnaval sobrevuela los diferentes talleres del centro de Villanueva. Aunque ayer, sin duda, fue el día grande, el día de celebrar con mayúsculas.

La auténtica fiesta de la alegría, en la que nuestros chicos lucieron orgullosos las diademas y adornos que con tanta dedicación han estado preparando; y en la que todo aquel que quiso pudo además disfrazarse.

Y el centro se llenó de color, de sonrisas, de ese buen rollo que desprenden nuestros chicos, y que contagia a todo aquel que está cerca.

Una alegría que, sin embargo, tuvo que tornarse en «tristeza» (muy conseguida por todos, por cierto) para darle el último adiós a nuestra sardina, a la que acompañaron en el ya tradicional desfile hacia su trágico final.

Una imagen vale más que mil palabras, y las que siguen lo dicen todo. Un día para el recuerdo.